La muerte de Ana Carolina Saucedo Bahena ha conmocionado a la población de Monterrey, luego de que fuera reportada como desaparecida el pasado 7 de febrero en la colonia Cima de las Cumbres y posteriormente encontrada sin vida en el Cerro de las Mitras el lunes 10 de febrero.
Su hallazgo se produjo tras un intenso operativo de búsqueda en el que participaron Protección Civil de Nuevo León, la Comisión Local de Búsqueda de Personas Desaparecidas, Fuerza Civil, la Fiscalía del Estado y diversas corporaciones estatales y municipales, además de voluntarios. Para la localización se utilizaron helicópteros, drones y cámaras térmicas, lo que subraya la magnitud del esfuerzo por encontrar a la joven.
El cuerpo de Ana Carolina, estudiante de la Universidad del Valle de México (UVM) Campus Cumbres, fue localizado a cuatro kilómetros de la institución en una zona conocida como “Cama de Piedra”, la cual, según expertos en senderismo, no representa riesgos elevados para quienes la transitan, incluso si no cuentan con experiencia previa.
La localizaron después de que un grupo de senderistas declarara en redes sociales haber visto a la joven subir al cerro aquel viernes. A pesar de que el cuerpo no presentaba huellas visibles de violencia, se encontró en estado de descomposición avanzado y con una bolsa de plástico cubriéndole la cabeza, además de algunas de sus pertenencias en las cercanías.
Por su parte, las autoridades aún están a la espera de los resultados de la necropsia, los cuales serán clave para determinar la causa del fallecimiento y esclarecer los hechos. La Fiscalía General de Justicia del Estado ha asumido la investigación para determinar si se trató de un accidente o si existieron circunstancias que apunten a un posible crimen.
Ana Carolina tenía 22 años y había decidido cambiar de rumbo en su formación profesional. Anteriormente, estudiaba en la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), pero recientemente se había inscrito en la carrera de Psicología en la UVM, donde estaba tomando cursos propedéuticos.
Sin embargo, registros de la universidad indican que el día de su desaparición no asistió a clases, a pesar de que su madre la dejó en la institución por la mañana, momento en el que tuvo el último contacto con ella.
El caso sigue generando inquietud y expectativa en la comunidad, a la espera de más información oficial que permita comprender lo que realmente ocurrió y dar respuestas a sus seres queridos.